Muchos africanos (y tribus en casi todos los continentes) creen que los dioses al bajar a la tierra merodean por las montañas ya que es lo más cercano al cielo que tienen... ¿será ese el origen de las ermitas y monasterios en las cumbres?
Oscar, Maribel, Jordi y Unwin en el coll Formic, haciendo mi salida mucho más agradable y motivante
El caso es que el sábado por la tarde estaba en una de ellas, el Matagalls, en el macizo del Montseny, Barcelona, dispuesto a realizar una caminata-carrera, campo a través, entre esa cima y la montaña de Montserrat. Apenas 83 km. que había que cubrir en 24 horas. Subidas, bajadas, montes y más montes.
Oscar, Maribel, Jordi y Unwin en el coll Formic, haciendo mi salida mucho más agradable y motivante
El caso es que el sábado por la tarde estaba en una de ellas, el Matagalls, en el macizo del Montseny, Barcelona, dispuesto a realizar una caminata-carrera, campo a través, entre esa cima y la montaña de Montserrat. Apenas 83 km. que había que cubrir en 24 horas. Subidas, bajadas, montes y más montes.
Los dioses rápidamente se pusieron de mi lado porque ¿que sucede si se te rompe la mochila antes de empezar la carrera? Te envían a un buen amigo que te ha venido a despedir y te deja la suya. ¿Y si tu mochila pesa demasiado? Ahí hay otro buen amigo que ya ha hecho esa carrera y te aconseja de que te tienes que desprender ¿Y si hay amenaza de lluvia y parte del recorrido lo haces viendo rayos que amenazan huracanes? Ahí, está claro que tiene que haber alguien que desvíe las nubes.
Todos estos presagios me pusieron sobre aviso porque a medida que empezaban a pasar las horas y caer los kilómetros pensé ¿y si resulta que en realidad lo que los dioses quieren es que me reuna con ellos? Por que si no no se explica que en el kilómetro 46 de carrera todavía estuviese en pie y sin ampollas. Para poner la duda más interesante se presentaban por delante 22 kilómetros sin ninguna posibilidad de vuelta atrás. Seguir y quizá reunirme con ellos o parar y disfrutar de un buen recuerdo para saborear en el futuro.
Así que agradeciendo a los dioses tanta magnanimidad decidí que era un buen momento para volver a intentarlo otro año. El hecho que estuviese muerto de cansancio y no me viese con fuerza de completar solo los 38 km. que faltaban ayudó en la toma de la decisión.
Supongo que los dioses se lo tomarían bien porque si no no se explica que me llevasen a una parada de taxis a las 5 de la mañana y que en 15 minutos apareciese un taxi a compartir entre 4. (no, aunque suene ayuda divina, la parada no estaba en mitad de la montaña sino en el pueblo donde hice el último avituallamiento: toda ayuda tiene un límite Juanjo, pon algo de tu parte).
Esa ha sido mi experiencia de fin de semana, muy africana porque todo el mundo sabe que los africanos son caminantes universales y hasta ganan premios Príncipe de Asturias por ello (enhorabuena Haile Gebrselassie, todo un campeón del Deporte 2011) .
Si vuelvo a recibir señales igual de evidentes de dioses africanos, os lo cuento sin falta.
5 comentarios:
Ja, ja, ja Enhorabuena valiente!!!!
El que no se arriesga no cruza la mar.
Cuán sabio eres!
Sabes que los dioses los llevas dentro, así que ¿qué más da que hagas entera esa carrera?. Olé por todos los kilómetros que hiciste! alucinante
(ana)
Juanjo, el año que viene avisa con tiempo y Carlita y yo nos apuntamos... y la terminamos juntos!
Abrazos
Germán
Muchas gracias a todos por los animos!
Germanchi no se si aguanto la del año que viene pero si es por ti y por Carla hare el esfuerzo... de recordaros la fecha!!
Un abrazo para todos
Juanjo
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