41. Barcelona

Barcelona, Villa olímpica, donde todo está en su sitio (¿donde habrán metido los rebaños de ovejas y dromedarios?)

Han pasado 10 días desde mi llegada a tierras ibéricas y el tiempo corre que es una barbaridad. Este primer post no habla de Africa directamente, sino de las diferencias que he encontrado después de 4 meses fuera (en realidad, 9 ya que Navidad fue un visto y no visto).

Lo que más me sorprende cada vez que vuelvo es... lo ordenado que está todo. Parece que alguien con una paciencia infinita se ha dedicado a poner aceras, calles, coches en perfecta simetría (y retirado de la circulación todo el "pesebre" que se encontraba en Mayahi, ovejas, bueyes y mulas incluidas) . Incluso cuando hay un andamio o una obra inesperada, está perfectamente señalizada, indicada, protegida. Es cierto que es práctico y cómodo vivir en una ciudad donde los coches se detienen si una luz se lo indica pero también es menos... creativo (! ?) y más monótono.

Los días son largos y luminosos. Recuerdo salir de la oficina en Mayahí a las 19:00 h. siendo noche casi cerrada, mientras aquí a las 21:00 h. todavía se puede ir en bici (oh, bicing, que gran invento !!). El tema del clima también me ha desorientado un poco (de 40 grados a dormir con manta) por no hablar del aguacero que me pilló ayer (¿no estábamos en plena sequía ?) . Claro que para sequía, la que tienen en Níger, donde conseguir 20 litros de agua para todo el día (o más) para toda una familia es el pan nuestro de cada día. Más de un político se sorprendería de lo que realmente significa "problemas de abastecimiento de agua".

La gente no se saluda por la calle (yo mismo me tengo que reprimir después de dos años saludando a prácticamente todo el que me cruzaba por la calle en Awassa o Mayahí. A favor: soy un ciudadano anónimo y eso me permite descansar de ser "el blanco" de todas las miradas. En contra, el calor humano solo se encuentra en el metro en hora punta.

El dinero también adquiere una nueva dimensión (después de tanto tiempo en una ciudad sin tiendas, estoy colapsado por la cantidad de ofertas de consumo.... y su coste)


Y por supuesto, lo que no había en Mayahí era mi familia y mis amigos "de toda la vida". Y eso sí que no tiene precio.