Un personaje esencial para entender la historia de Etiopia en el siglo XX y clave en la vida de África y de los valores africanos. Criticado, odiado, admirado, el emperador de Etiopia hasta 1975 incluso inspiró un movimiento pan africano.
Su origen dinástico se remonta a la unión entre el Rey Salomón y la reina de Saba porque todo buen emperador que se precie debe tener un linaje histórico envuelto en un halo de misticismo y divinidad.
Nacido como Tafarí Makonen, el príncipe (Ras) Tafari fue coronado emperador en 1930 cambiando su nombre al de Haile Selassie. Mussolini invade Etiopia en 1935 y en un vibrante discurso ante la sociedad de Naciones clama contra la invasión italiana. Recuperará el poder en 1941 y gobernará oficialmente hasta 1974. Dos eventos esenciales suceden bajo su mandato:
Marcus Gravey, un africanista nacido en Jamaica y defensor de los derechos de los negros vio en la coronación del emperador la futura liberación de la gente de color. Sin importarle el cambio de nombre, el Ras Tafarismo nace y se ve reforzado por la visita de Selasie a la isla en 1966. El hecho que Bob Marley se declarase seguidor de dicho movimiento potenció todavía más su importancia. En Shashemene (una ciudad cercana a Awassa) Selassie donó un gran terreno para permitir el asentimiento de los seguidores rastafis que quisiesen volver a su patria en África
Pero Selasie no puede ser recordado solo como el inspirador de este movimiento. En 1963, con otros líderes como Nasser funda la Organización para la Unidad Africana que con sus éxitos y fracasos ha jugado un papel importante en el continente. Durante años su gobierno representó a una África naciente, independiente con vida propia. En los orignenes de su mandato se le veía como un líder ilustrado preocupado por los deseos de su pueblo al que quería modernizar. Desgraciadamente sus políticas (o colaboradores) no fueron de la mano de sus deseos. Kapuscinski, en una de sus mejores obras, El Emperador, lo retrata entre otras cosas como un líder caprichoso, voluble y muchas veces, infantil y errático que piensa que lanzando monedas desde su balcón puede contentar a sus súbditos. Era tal su aura que ni siquiera la junta militar que le derrocó se atrevió a ajusticiarle en público. Un año más tarde de deponerle, en 1975 anunciaron que había fallecido. En Jamaica no creyeron dicho anuncio y le siguieron venerando como el libertador que debía liberar al pueblo negro de la esclavitud.
Es posible que Haile Selasie no fuese el lider y ente divino que él creía ser pero si parte de sus súbditos creyeron que lo era durante muchos años... ¿no le convierte eso en una divinidad?
PS. ¡¡ Ai Weiwei ha sido liberado !! Congratulations!
1 comentario:
juanjo estamos pasando una mañana estupenda aprendiendo muchas cosas en tu blog tambien nos invitas a pensar cosa que es ciertamente bastante conveniente es este caso lo dificil que es administrar el poder aun cuando se tengan buenas intenciones. muy contemporaneo el tema de Gadaffi, ahora con la que esta cayendo dificil es pensar si alguna vez hubo buenas intenciones de todas formas ayer ley algo de Kalib Gibranh? cuando derrocas a un dictador arranca primero de ti la sombra de dictador que llevas dentro ..Algo asi ? besos
jero y eu
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