lunes, 24 de enero de 2011

157. Mauritania (III)

Ya en tierras ibéricas, aquí van los últimos pasos. Ultimo viaje de Selibaby a Nouakchott.

Hacemos un par de paradas para ver proyectos como el de la fotografía: Un pozo de bombeo y un huerto a su alrededor. Es importante para la sostenibilidad del proyecto (es decir, que siga funcionando cuando la ONG no esté) que la comunidad asuma la gestión del mismo: la reparación de la bomba (desgraciadamente algo frecuente), la gestión del huerto, la variedad en los cultivos (aunque los técnicos sigan viniendo para asesorarles). Generalmente son las mujeres las que están al cargo de estos proyectos.

Hablamos con algunas de ellas, contentas por como van las cosas pero nos piden si hay alguna manera de transportar el agua que no sean esos bidones de plástico amarillo que una vez lleno no hay quien mueva. Es complicado. Un sistema gota a gota requiere almacenar agua a una cierta altura para que la presión transporte el agua y un sistema de inundación requiere gran cantidad de agua: lo que se gana en transporte se pierde en la fuerza necesaria para el bombeo.

Otro proyecto es la creación de una especie de presa para contener el agua y poder cultivar aprovechando que la inundación está controlada. Igual pensáis que me he equivocado viendo tanto desierto pero no: aquí donde lo veis, a apenas unos kilómetros de esas dunas es frecuente que caigan durante semanas auténticas trombas de agua que dejan la zona impracticable para la agricultura. Son sólo unos meses pero el control de esa agua puede alargar la temporada agrícola. El pequeño "rompeolas" que veis a la izquierda contendrá el agua de la lluvia. Es decir, donde están ahora esos dos obreros se abnegará de agua de lluvia. Difícil de creer pero cierto.
Ya en Nouakchott, últimas reuniones, capitalización, entrevistas, despedida y cierre y hasta la próxima (también me dio tiempo de ir a la playa y recibir la broma de la temperatura en Madrid).


Intenso, 1.500 km. en carretera, rápido de domingo a sábado pero muy fructífero. Me ha gustado Mauritania. En una semana no se pueden sacar muchas conclusiones pero creo que el país merece la pena. Una lástima los temas raciales aunque no parece que dificulten mucho la convivencia o como mínimo no lo he vivido. También me parece un país duro, mucho calor en la temporada de abril a agosto, relativo "frío" de noviembre a febrero y lluvias entre medio de esas dos temporadas. Mucha arena, mucho polvo que lo impregna todo pero con todo el encanto de AFRICA.

3 comentarios:

Marta Olivares dijo...

¡Qué interesante todo lo que nos cuentas! Impresionante lo de las lluvias, parece mentira con ese desierto...
Besos

Ana Ji dijo...

Buen cierre de nota, con esa impresionante foto que le hace a uno adentrarse en la arena naranja de África.
ay...qué mono!

Ana Ji dijo...

....de volver...