martes, 14 de octubre de 2008

66. Filipinas

Si estás leyendo este post, hoy martes 14 de octubre, me encuentro ahora mismo en un avión rumbo a Manila. Si lo haces cualquier día de esta semana, búscame en Filipinas. Como “África en colores” llevaba varias semanas en el continente africano, me lo he llevado al otro extremo del globo para que el otoño le pille con la maleta hecha y no se desentrene en el arte de viajar, que el sedentarismo es muy malo.

Ya he comentado alguna vez que entre las muchas satisfacciones (espero que mi jefe lea esto) que me da mi trabajo, tener la posibilidad de viajar regularmente es una de las más gratificantes. Si encima el viaje me lleva a un lugar del que poco se (y reconozcámoslo, muy pocos habéis estado), miel sobre hojuelas. Como mínimo, a diferencia de otros países a los que cuesta ubicar en el mapa (rápido ¿en qué parte del mundo ponéis a Burkina Faso?), todo el mundo sabe donde está Filipinas y algo de su historia. ¿Que conozco de Filipinas(sin hacer trampas y mirar la wikipedia)? Realmente, poco. El nombre “Marcos” viene rápidamente a la memoria: como el dictador Ferdinand, o asociado a su mujer Imelda, alias el ciempiés por la cantidad de zapatos que tenía cuando la detuvieron. Un recuerdo más positivo me viene si pienso que fue un país que pasó de la dictadura a la democracia de la mano una mujer, Cory Aquino. Actualmente (y aquí si que reconozco que he tenido que tirar de la red) la presidenta del país es otra mujer, Gloria Macapagal (ferviente admiradora de Margaret Thacheruhm…).

Físicamente, es un país diferente a la mayoría al tratarse de un archipiélago, de más de 7.000 islas (sí, 7.000 ) de las cuales solo el 10 % están habitadas. (Mindanao y Luzon son las islas principales). Es un país “con un multitud de “ idiomas (más de 70), étnias (malayos, cebuanos, tagalos, ilocanos…) y personas (más de 90 millones). Castigado por tifones, tsunamis y desastres naturales esconde multitud de parajes desconocidos y fascinantes… que espero acercaros la semana que viene.


Los últimos de Filipinas hace referencia a la resistencia de un grupo de soldados españoles que durante 337 días se empeñaron en no ceder su posición a la nueva metrópoli, en Baler . Cuando por fin se rindieron, las nuevas autoridades filipinas no solo les perdonaron la vida sino que los licenciaron con honores. 28 soldados rasos y 5 mandos.

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