Hasta que no estas a unos metros de distancia, es imposible que veas que hay una "Iglesia escondida"
Hubo una época (1.172 d.C.) en que era complicado ser rey cristiano en Etiopía. A parte de estar rodeado de vecinos árabes que incordiaban regularmente (los pueblos somalíes, sudaneses y egipcios habían abrazado la fe de Mahoma), era muy posible que tus súbditos tuviesen problemas para volver a casa si habían hecho peregrinación a Tierra Santa (si es que no les habían masacrado a la ida).
En esas andaría pensando el rey etíope Gebra Maskal Lalibela, cuando un sueño profundo le invadió durante tres días (las malas lenguas dicen que su hermano le envenenó). Durante ese tiempo, el Señor le trasladó al reino de los Cielos y le mostró los planos de unas iglesias que el Todopoderoso quería que se excavasen en la roca. ¿Cómo voy a excavar en la dura roca? preguntó el rey. Yo te daré roca que podrás moldear como si fuese cera, contestó Dios. Tardaré cientos de años (siguió quejándose el rey). Te enviaré un ejército de ángeles que construirán por la noche mientras tus trabajadores duermen, replicó Dios. (Gaudí debía haber seguido esa línea argumental)
Hubo una época (1.172 d.C.) en que era complicado ser rey cristiano en Etiopía. A parte de estar rodeado de vecinos árabes que incordiaban regularmente (los pueblos somalíes, sudaneses y egipcios habían abrazado la fe de Mahoma), era muy posible que tus súbditos tuviesen problemas para volver a casa si habían hecho peregrinación a Tierra Santa (si es que no les habían masacrado a la ida).
En esas andaría pensando el rey etíope Gebra Maskal Lalibela, cuando un sueño profundo le invadió durante tres días (las malas lenguas dicen que su hermano le envenenó). Durante ese tiempo, el Señor le trasladó al reino de los Cielos y le mostró los planos de unas iglesias que el Todopoderoso quería que se excavasen en la roca. ¿Cómo voy a excavar en la dura roca? preguntó el rey. Yo te daré roca que podrás moldear como si fuese cera, contestó Dios. Tardaré cientos de años (siguió quejándose el rey). Te enviaré un ejército de ángeles que construirán por la noche mientras tus trabajadores duermen, replicó Dios. (Gaudí debía haber seguido esa línea argumental)
Aunque pareza increible, se trata de la misma iglesia de la foto superior. Observad a las personas para tomar perspectiva y haceros a la idea del volumen real.
Dicho y hecho, el rey despertó (como nuevo, digo yo, porque después de tres días…) y encontró a varios cientos de kilómetros al sur de Aksum (o lo que es lo mismo, a 650 km.al norte de Addis Abeba) un lugar (Roha) de tierra volcánica fácilmente moldeable. (fácilmente, entre comillas, porque los instrumentos de la época no eran como los de hoy en día).
Y como el tema de las peregrinaciones le preocupaba, decidió cambiar la toponimia de la zona para que sus súbditos peregrinasen a ese lugar en vez de a Jerusalén. Re bautizó el río que pasaba cerca como río “Jordán”, plantó unos olivos en el monte de ídem, creó el Gólgota, la tumba de Abraham… y así se fue conformando un Jerusalén II
Los expertos no se ponen de acuerdo sobre cuanto tiempo duró la construcción de las 11 iglesias que finalmente se construyeron pero algunas leyendas dicen que 37 años, tiempo increíblemente corto, por lo que sí que puede que sea cierto que los ángeles bajasen del cielo para completar su construcción.
Lo que sí que es seguro es que es un lugar especial y que vale la pena la visita a las iglesias, que al estar excavadas a pie de suelo quedan totalmente ocultas (otro motivo para evitar las incursiones musulmanas).
Se respira una profunda religiosidad entre sus paredes, que unida a la veneración de la cruz de los cristianos coptos hace que uno (ateo o no) comprenda (y hasta pueda llegar a creer) que los diálogos anteriores podían haber sido ciertos. Sigue habiendo eremitas que han hecho sus cuevas en esas mismas rocas y los monjes que cuidan las iglesias enseñan sus tesoros de cientos de años de antigüedad con orgullo.
En la Epifania, el 19 de enero una multitud de peregrinos colapsa las iglesias dando sentido a la obra.
Pero lo que también es igual de sorprendente es que la Jerusalén Negra, la Petra de África, una de las octavas maravillas del mundo sea, hoy en día, una ciudad, pequeña, cutre, sin ningún encanto, anclada en el pasado, con solo un par de calles asfaltadas, sin bancos, sin gasolineras, ni farmacias (y hasta hace unos años sin electricidad ni agua, aunque paradójicamente, con un aeropuerto a 15 kilómetros de distancia)
Viajeros africanos, acercaros a Lalibela con el espíritu abierto a diálogos divinos.
Paseando entre las iglesias, algunas de las cuales se comunican entre ellas.
4 comentarios:
Me ha encantado la historia de Jersusalén II en Etiopía... le dan a uno unas ganas irresistibles de viajar allí ! Saludos, Jj ( jordi )
Hola Lobo López, gracias por el comentario, ya no es cuestión de tener ganas, ahora es cuestión de pensar en el verano que viene que Africa te llama. Feliz viaje a México. Un abrazo. Juanjo
Juanjo, a mi me han entrado también ganas de viajar a Lalibela. Oye, creo que puedes compaginar la cooperación con hacer guias de viajes, ¿no te lo has planteado? Yo que tu escribía a Lonely Planet o a las Guias El País y quien sabe...
¡Qué bonito! María
Hola Maria. Pues si, ser guia del Lonely Planet (o similar) me encantaria, pero seguro que es un trabajo muy solicitado, aunque solo de pensarlo se me ponen los dientes largos. Muy a las malas siempre me quedara el (no remunerado) blog de Africa en Colores :) Un abrazo. Juanjo
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