martes, 19 de agosto de 2008

58. Bogota, Pasto

Bogotá, una megapolis de 8 millones de personas.


Voy a tener que cambiar la orientación de mis post para que no parezca que soy una agencia de viajes ambulante pero lo cierto es que no puedo dejar de recomendar la visita a alguno de los sitios donde he tenido la suerte de estar. Sin ir más lejos, Colombia sería uno de ellos.

Escribo actualmente (lunes 18 a las 23:15 h. pero martes ya en España) desde Puerto Asís, por lo que ya llevo en este país casi una semana. Estuve dos días en Bogotá y el sábado volamos a Pasto para volar el lunes hasta esta ciudad fluvial a riberas del río Putumayo cuyas aguas llegarán al gran Amazonas.

La primera impresión que me he llevado de Bogotá es que es una ciudad gigantesca, inabarcable. Las colinas que la rodean están atestadas de casas y más casa, hasta completar un mosaico inabarcable.

Bogotá, podría pasar como cualquier ciudad europea: calles atestadas de gente joven un viernes por la noche, tráfico endiablado y taxis que circulan como locos a la búsqueda de pasaje. La oficina de ACH está situada en el barrio de la candelaria, el barrio colonial clásico de la ciudad. Bogotá, en solo dos días, no me ha parecido una ciudad excesivamente bonita, pero si que parece una ciudad vibrante, dinámica, joven y con ganas de comerse el mundo. Vivir cerca de un barrio universitario hace que las calles rabien de juventud. También se respira un clima de prevención a la violencia: calles por las que bajo ningún concepto hay que pasar a ninguna hora, puertas candadas por triplicado.... Volveré mañana y espero completar la fotografía que estoy realizando a la ciudad.

Completamos dos días de formación logística (el motivo de mi visita es dar apoyo logístico a la misión y visitar las bases del sur) y el sábado a las 8 de la mañana nuestro avión salía a la capital de Nariño, Pasto.
Por el camino vimos algunos de los nevados de la cordillera que recorre Colombia de Norte a sur. Impresionantes.

Pasto es una ciudad de unos 400.000 habitantes. No tiene nada que ver con la capital del país. Sus calles no son el hervidero de la capital, aunque tienen gran animacion. Tiene bellas iglesias, plazas abarrotadas de gente animada, cientos de niños y un montón de restaurantes, tiendas y comercios.

Un paisaje verde para una ciudad que descansa a los pies de un gigante dormido: el Galeras, un volcán que no se dignó a ser visto durante mi visita, por la espesa niebla que lo rodeaba pero que a 8 kilómetros de la ciudad ronronea regularmente mientras sus habitantes viven confiados que tarde mucho en despertarse.

Pasto y Puerto Asís viven cerca del conflicto que azota Colombia y del que he recibido una petición para que lo explique de una manera clara (si se puede, claro). Lo haré con gusto en el próximo post. (hay que mantener un poco la emoción).

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