168. Mariam

Y después de 12 días desde que llegamos a Choucha, tres buenas noticias.

La primera, por fin el número de personas que viven aquí empieza a descender porque se ha invertido la tendencia: los que entran son menos (bastantes menos) de los que salen. La OIM que organiza las evacuaciones aéreas empieza a dar cifras de evacuación cercanas a las 3.000 personas al día. Se calcula que había hoy unas 12.000 personas en el campo (siempre es difícil hablar con precisión). Este descenso se percibe claramente: ya no hay la escasez de la semana pasada y es normal ver a gente con botellas de agua en la mano como los nigerianos que me pidieron que les hiciese una foto. Si las evacuaciones siguen a este ritmo es muy posible que para el fin de semana nos plantemos en 7.000 personas. El número es importante pero mucho más asumible y manejable para tomar decisiones individualizadas.

La segunda buena noticia, solo para los elegidos por la fortuna. A las 16:00 h. (foto a la derecha), hay una especie de loteria humanitaria: se cantan los nombre de los que van a abandonar el campo y se les devuelve el pasaporte para que puedan coger el autobús con destino al aeropuerto. Algunos ya están avisados que les van a llamar y se situan cerca del que canta los nombres. A veces los nombres suenan y nadie recoge su pasaporte pero . Y a la inversa: suena un nombre y la persona en el extremo más lejano de la asamble grita y vocifera para que no se le pase la tanda. Realmente emocionante y gratificante para el elegido y fustrante para los que han vuelto a la tienda sabiendo que como mínimo se tienen que quedar un día más .

Y por último pero no por ello menos importante, hace tres días nació en el campo Mariam. Una mujer somalí dio a luz en el hospital marroquí. La madre y la pequeña están bien. Hablando con un médico del hospital me comentaba que todo había ido bien, sin dificultades. La responsable de la OMS en el campo me comentó que la habían ido apoyando y que estaba perfectamente.

Quien sabe que le deparará el destino a esa niña pero entre tanto desconcierto, la vida continua.

Suerte Mariam, espero que cuando llegues a anciana pienses que a pesar de las adversidades, saliste adelante.