martes, 16 de febrero de 2010

105. Sudáfrica

Camino del Parque Kruger, Sudafrica

El viaje a Swazilandia me ha dejado una propina interesante: cinco días en Sudáfrica, cuatro de ellos en el parque Kruger viendo animales que no suelen aparecer en las calles de Madrid o Barcelona: búfalos, leones, leopardos…. Una maravilla para los sentidos y toda una lección de biología sobre sus hábitos y costumbres.
Sudáfrica es un país enorme y diverso. A efectos prácticos, desarrollado económicamente, ejerce de potencia regional y actualmente está de plena actualidad gracias al próximo mundial de futbol y por el cine (Invictus). Como conjunto global, me llevo una buena impresión: gente agradable, buen trato, turismo espectacular. Y sin embargo… con cierta intranquilidad me he dado cuenta que más de 40 años de apartheid no se pueden borrar de un plumazo. En ningún momento, ni una sola de las veces en las que he hablado con gente de piel blanca he oído ningún comentario racista, lo cual es una señal muy positiva, y aunque soy totalmente subjetivo, creo que hay …. “algo”. Frases sueltas, inacabadas, tonos de voz…. Todo indica que se necesita más tiempo para que la reconciliación cromática sea total. .
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Zona residencial de Johanesburgo, a las afueras

Dialogos y frases que mantuve con algunos afrikáners: “¿Ganará la bafana bafana (la selección nacional, “los muchachos” en lengua zulu) el mundial ? No, “está gente” no tiene disciplina.”. Pregunta trampa: “Uhm… ¿Por qué están cambiando el nombre de algunas ciudades (es decir, erradicando el nombre afrikáner por uno más local y antiguo)? Porque ahora pueden”. O “Nosotros somos el mejor ejemplo que el colonialismo fue bueno: Aquí y en toda África, las potencias coloniales construyeron carreteras que siguen funcionando” (sin mencionar los millones de personas deportadas y masacradas por la esclavitud). Como veis, corrección política, y más delante de un turista como yo pero…

Es posible que este post sea el más subjetivo y personal de los que encontrareis en este blog, pero a veces las sensaciones se producen por algo. Recuerdo un viaje en el que un guía me dijo: nunca juzgues un país por las tres o cuatro personas que no te gustaron, así que, coherentemente, no lo voy a hacer. .
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Elefantes en el parque Kruger
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La película de la semana no es Invictus (aunque podría serlo), sino “In my country” (2004) con Juliette Binoche y Samuel L. Jackson. Una película bastante floja (y más para ese reparto) pero que intenta reflejar la atmosfera que se vivió en los juicios celebrados tras el fin del apartheid por la “Comisión por la verdad y la reconciliación” : aquellos que habían llevado a cabo actos racistas debían pedir perdón por sus crímenes para obtener la amnistía, ya que como dijo el obispo y premio Nóbel, Desmond Tutu, “Sin perdón no hay futuro, pero sin confesión no puede haber perdón”. Un ejercicio sanador que en algunos casos fue efectivo y en otros siguió dejando heridas que solo el tiempo podrá curar.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola, en primer lugar felicitarte por el blog. Envidio mucho que hayas viajado tanto por África, a mí también me fascina pero aún no he conseguido conocerla.
Dada la experiencia que tienes en ese tipo de viajes, querría (si no es mucha molestia) que me dieses tu opinión acerca de un viaje que me han comentado para hacer a Senegal. Es un viaje organizado, y la Organización nos ha mandado el itinerario, el cual podría mandarte.
Muchas gracias.

Juan José Tarrés Sanjurjo dijo...

Hola Izarne, muchas gracias por la felicitacion. Sí, tengo mucha suerte que por motivos laborales he podido vivir y viajar por Africa. Espero que dure. Sobre Senegal... no me importa que me envies vuestro itinerario, tienes mi mail, lo miraré con cariño aunque no se si voy a poder ayudarte mucho ya que no he estado y es dificil que te pueda aconsejar sobre si el itinerario es bueno o no. Lo poco que se de Africa es que suele ser bastante imprevisible, así que ir con la el cuerpo y el espiritu preparados para lo inesperado (bueno y malo). Espero que os vaya genial y que la experiencia valga la pena. Un abrazo. Juanjo