Verde, verde, verde. Esa es la primera palabra que me ha venido a la mente cuando he llegado a Swazilandia. La segunda (por lógica y coherencia) es lluvia, ya que desde el miércoles por la mañana hasta hoy, viernes por la tarde, no ha parado de llover (ahora parece que las nubes dan un respiro).
Llegué a Swazilandia desde Johanesburgo (otro día hablaremos de Sudáfrica) y de momento, la primera impresión es francamente buena. Gente muy cordial, carreteras en buen estado, todo tranquilo. Solo deciros que nada más llegar fuimos al supermercado principal de Mbabane y no tenía nada que envidiar a cualquier Carrefour o Eroski europeo. Es cierto que las capitales de los países no siempre son representativas pero es una buena señal que en ellas se pueda encontrar de todo o casi de todo.
Mbabane está llena de subidas y bajadas ( y yo que me quejaba de Madrid…) y no hay calles ni avenidas propiamente dichas. Hay un zonas, barrios, calles-carretera y el único centro posible lo forman el supermercado, algún edificio gubernamental y las tiendas más importantes, entre las que hay un KFC de comida rápida. Me recuerda a Lilongwe: uno no tiene la sensación de estar en una ciudad sino en un parque lleno de casas. El miércoles fuimos a Nhlangano, en el sur del país. El aguacero nos acompañó todo el día pero el viaje me permitió atravesar el país, primero hacia el este, luego hacia el sur para volver a Mbabane en el norte. En breve más.
Llegué a Swazilandia desde Johanesburgo (otro día hablaremos de Sudáfrica) y de momento, la primera impresión es francamente buena. Gente muy cordial, carreteras en buen estado, todo tranquilo. Solo deciros que nada más llegar fuimos al supermercado principal de Mbabane y no tenía nada que envidiar a cualquier Carrefour o Eroski europeo. Es cierto que las capitales de los países no siempre son representativas pero es una buena señal que en ellas se pueda encontrar de todo o casi de todo.
Mbabane está llena de subidas y bajadas ( y yo que me quejaba de Madrid…) y no hay calles ni avenidas propiamente dichas. Hay un zonas, barrios, calles-carretera y el único centro posible lo forman el supermercado, algún edificio gubernamental y las tiendas más importantes, entre las que hay un KFC de comida rápida. Me recuerda a Lilongwe: uno no tiene la sensación de estar en una ciudad sino en un parque lleno de casas. El miércoles fuimos a Nhlangano, en el sur del país. El aguacero nos acompañó todo el día pero el viaje me permitió atravesar el país, primero hacia el este, luego hacia el sur para volver a Mbabane en el norte. En breve más.
A punto de cruzar un puente camino de Nhlangano, en el sur de Swazilandia... por poco no lo hacemos
4 comentarios:
SÍ, quememos sabes más del país verde y húmedo... que bien que has puesto un nuevo post. En Madrid sigue el frío, pero al menos ha salido el sol. Un abrazo, María
ei !!! Aqui sigo, entre tormenta atronadora y sol abrasador, no hay nada como estar en los extremos para saber que en el medio es donde mejor se esta... Espero que Madrid siga en su sitio. Un abrazo grande. Juanjo
Que interesante, es este país.
Trato de ir a distintos lugares de todo el mundo y viajar es una de las cosas que mas me gusta hacer. Cada vez que tengo la oportunidad trato de hacerlo ya que el hecho de viajar es algo único. Este año quisiera obtener vuelos baratos a nueva york
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