domingo, 11 de octubre de 2009

94. Las fuentes del Nilo (I)

A orillas del lago Nyasa o Malawi, como querrais llamarle
No hay blog de África, de aventuras, de viaje, que no se precie de mencionar en sus páginas uno de los viajes más apasionantes históricos y fascinantes de la historia de la humanidad: la localización de las fuentes del Nilo. El Nilo. Tolomeo lo llamó el Padre de los ríos y hoy por hoy sigue siendo un río mágico y cautivador. Incluso hoy, la era de los satélites y la tecnología, no queda claro su origen, aunque todo parece indicar que el 80 % de las aguas que llegan al Mediterráneo vienen del llamado Nilo Azul que nace del lago Tana, en las tierras altas etíopes, en Bahar Dar y que el Tisat , el salto que veis en las fotos, representa su nacimiento oficial, y aunque sigue siendo una cascada magnífica, la construcción de una presa unos kilómetros más arriba, le ha quitado encanto.

Pero los exploradores de hace ya dos siglos no consideraron que ese era su lugar de nacimiento sino los lagos que actualmente se conocen como Alberto y Victoria (os puedo asegurar que los locales no los llamaban así). Lo que parecía algo sencillo, la identificación del nacimiento de un caudal se complicó porque por encima de Jartúm, el Nilo se ramifica en diversos brazos.
Durante siglos centenares de expediciones persiguieron la fama de determinar su origen sin conseguirlo. En 1857, Richard Francis Burton y John Speke decidieron embarcarse en una de ellas. Burton diseñó lo que para él era la ruta correcta. A Burton le encantaba la exploración, la etnografía, era un políglota reconocido, le gustaba la música y la esgrima, un intelectual de acción. Speke, era totalmente diferente. Amante de la caza, oficial serio, discreto, mal escritor pero buen dibujante, declaró a Burton que en África esperaba encontrar una buena muerte.

Las expediciones partían del Mediterráneo y llegando a Jartúm tenían que elegir una ruta. Burton propuso a Speke entrar en África por la costa índica y llegar a lo que Tolomeo había indicado que nacía el Nilo, en las montañas de la Luna, cuyas aguas desembocaban en dos lagos desconocidos. El centro de África era en aquella época un lugar desconocido sin descripciones de ningún viajero, salgo los alemanes Rebmann y Krafp. Burton les visitó para convencerles que les acompañaran pero Rebmann no aceptó. A cambio, le entregó un mapa para atravesar el país de los masai que le hubiese llevado directamente al lago Victoria, pero este, orgulloso, lo rechazó.Partiendo en junio desde la isla de Zanzíbar, solo tres meses más tarde estaban totalmente perdidos, abandonados y Speke se encontraba al borde de la muerte. A pesar de eso, siguieron adelante y llegaron en noviembre a Tabora, una ciudad esclavista de la que partían diversas rutas a diversos lagos. Tras hacer varias intentonas desde allí, en febrero de 1858, Burton descubría con orgullo el lago Tanganika.

Speke

El pobre Speke tenía una infección en los ojos y no pudo ver nada. Ya en ese momento, los dos exploradores no se soportaban y decidieron aventurarse por su cuenta. En aquella época era dificil determinar si las aguas entraban en un lago o salian de él, por lo que Burton erroneamente empezó a investigar por su cuenta. En una de esas separaciones, Speke, que siendo menos intelectual que su colega, pero con idéntico espirituo explorador, descubrió el lago Nyanza al que rebautizó como Victoria e intuyó que se encontraba ante algo importante. En ese momento, Speke entró en la leyenda de África.

El origen del Nilo acababa de ser identificado.

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