martes, 16 de diciembre de 2008

75. Mugabe

Nombre: Robert Gabriel Mugabe Fecha y lugar de nacimiento: 24 de febrero de 1924 (hace 84 años) en Kutama (antigua Rodesia, actual Zimbabwe). Formación académica: licenciado en magisterio y en derecho (se sacó este título en la cárcel). Antigua profesión: Maestro, militar, guerrillero y héroe nacional. Profesión actual: Presidente (28 años en el poder, con varias elecciones fraudulentas a sus espaldas).

La historia del último cuarto del siglo XX de Zimbabwe va ligada a este hombre. Con 36 años (de joven idealista, poco) y tras llevar una tranquila vida de maestro, se une al movimiento de la Unión Popular Africana que luchaba contra el régimen del “apartheid” en Rhodesia. Pasa 10 años en la cárcel, unifica a la oposición y gana las primeras elecciones libres y democráticas en 1980. Mugabe es en ese momento, el Mandela local, político represaliado, vencedor del gobierno racista de Ian Smith, unificador del país, vigoroso marxista que inmediatamente, suaviza su discurso, cambia el nombre del país. El país se convierte en el principal productor de cereales y tabaco de África, la tasa de analfabetos se reduce hasta un meritorio 10 % y el país renuncia en 1990 a convertirse en un régimen marxista. Pero como os podéis imaginar, este cuento no tiene final feliz. La situación económica se empieza a deteriorar, fraude en las elecciones de 1990, epidemia de cólera en 1992; la reforma agraria de 1998 no consigue arreglar las cosas y se dan nuevos fraudes electorales reconocidos internacionalmente en 2002 y 2008. El país es expulsado de la Commonwealth en 2002. En 2004 la inseguridad alimentaria en las principales ciudades del país, es latente.
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"Os di 100.000 % de inflacion, 80 % de desempleo, os di el status internacional de parias. Deberías re elegirme como presidente, porque nadie le ha dado tanto a Zimbabwe"
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Y hoy en día le encontramos en las primeras páginas de los periódicos afirmando tranquilamente, que donde hay cólera es en Sudáfrica (es cierto, la población abandona su país aterrorizada por la enfermedad), negando las cifras de Naciones Unidas que hablan de 14.000 casos y más de 800 fallecidos desde agosto de este año. (aunque otras fuentes hablan de miles de muertos).
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No hay ningún mensaje en esta foto...o sí...
A la terrible situación sanitaria que atraviesa el país hay que añadir un esperpento incomprensible: Imaginaros que el café que os habéis tomado esta mañana y por el que habéis pagado un euro y 30 céntimos (1,30 €) mañana cuesta…. 13.000 euros, (trece mil euros) y al día siguiente…. 1.3000.000 (un millón trescientos mil euros) y al día siguiente… seguro que el cálculo no es exacto, pero realmente, es difícil calcular el precio con una inflación del 3 millones % (sí, 3.000.000 % de inflación mensual oficial). Otras cifran hablan de entre 11 y 22 millones %). Hace poco, el Banco Central elimino 10 ceros de su divisa, pero la realidad es que con los nuevos billetes de 20.000 dólares zimbabwenses, apenas podríamos comprar una barra de pan. (hay billetes de 10 millones de dólares). Lectores del blog: no os quejéis si sube la hipoteca: imaginaros lo que debe ser tener un piso en Harare, la capital de Zimbabwe: no ganaríais a disgustos.
Mugabe también se ríe de todo esto, pero de una forma trágica: culpa a las potencias europeas, a las sanciones internacionales de intentar desestabilizar su país (aunque él junto al régimen de Uganda fue acusado del asesinato de Kabila en Zambia). Su afirmación de que no hay cólera es corregida por un portavoz gubernamental que dice que “estaba bromeando”. Dice que Inglaterra ha lanzado un arma biológica contra el país. El pasado jueves, 11.12.2008 apareció en Televisión para proclamar: “Estoy feliz al anunciaros que nuestros médicos han sido asistidos por otros médicos de la Organización Mundial de la Salud y ya no hay cólera en el país” (como si el cólera se “curase” en unos días de asesoramiento). En Etiopía, el gobierno también negaba la epidemia de cólera afirmando que se trataba de “Diarrea líquida aguda” (una forma mucho más bonita de decir que la gente se muere deshidratada), por lo que parece que negar una catástrofe sanitaria reduce la carga política
La realidad es que son los ciudadanos de Zimbabwe los que sufren un régimen que no se merecen, con un presidente homófobo (la homosexualidad, ilegal en el país, es la prueba de la decadencia europea, afirma) que se resiste a dejar el poder. Ya no queda nada del maestro que tenía ideales de justicia.

Mugabe también se merece que le lancen un zapato.

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