domingo, 20 de enero de 2008
28. Rincones de Africa: Zereabruck Hotel
Si vamos a la Sagrada Familia, al Prado, a las piramides de Gizeh o a las Casas Colgadas de Cuenca habremos visto y vivido una experiencia que millones de personas han experimentado. Pero, ¿que pasa cuando descubrimos una posada con encanto en una zona rural o una salto de agua en una ruta abandonada o un atardecer desde una piscina municipal que no viene en ninguna guía? Tenemos la sensación que poseemos algo único, exclusivo. Esa sensación de "...y pensar que "nadie" lo conoce" es una sensación agradable, aunque el sitio sea cutre, viejo, abandonado o los habitantes de la zona estén cansados de verlo cada día.
Así es el Hotel Zereabruck. "El mejor hotel" de la comarca de Aleta Wondo, en las tierras altas de Etiopia, ha casi 1.800 metros de altitud. A nuestros ojos occidentales es un sitio relativamente limpio y confortable. Un lujo asiático a ojos de los etiopes. Situado en la parte norte de la ciudad, es lo primero que nos encontramos viniendo de Awassa o lo ultimo viniendo de Aroresa (mucha A en todos estos topónimos). No tiene nada.... pero lo tiene todo: habitaciones con ducha, un restaurante con la variedad que no encontraremos en otros sitios de la ciudad, que solo ofrecen injera con carne y una pastelería de lujo: bizcochos de crema, chocolate, magdalenas artesanales, bolleria natural que no tiene nada que envidiar al famoso café Gerbaud de Budapest (bueno, igual no tanto)
El Zereabruck, como todo Aleta, está en mitad de la nada, sin ningún atractivo turístico a su alrededor. No lo busqueís en la Loney Planet o en el National Geographic y no vayáis a Etiopia para hospedaros en él (al precio escandaloso de 9 euros la noche) pero sentaros en su terraza (os obsequio con sus vistas) y lo mismo que el café de la Paz en París o las Ramblas en Barcelona, vereis pasar la vida.
Los unicos "faranjis" o blancos que vereis desde ahí son miembros de ONGs internacionales. Algunos no quieren perder el tiempo y prefieren hacer una hora y media de pista forestal para llegar a Awassa, la capital de la SNNPR No han descubierto el placer exclusivo de sentarse en el café del Hotel Zereabruck a discutir con el camarero o el vecino de mesa desde la terraza, sobre el porque de las cosas. Se pierden lo mejor de Aleta Wondo.
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