Me escapo un momento de Níger para echar una mirada rápida a Etiopía y Malawi, dos países completamente diferentes que forman parte del puzzle africano.
El pueblo etiope es un pueblo orgulloso de serlo. Orgulloso no significa soberbio (aunque a veces sea difícil distinguir los dos adjetivos). Cultura milenaria, iglesias centenarias, cristianos ortodoxos en su mayoría. Presumen exultantes (y aquí, si que puede decirse: con un punto de soberbia) de ser el único país africano sin pasado colonial (olvidándose del breve periodo de ocupación italiana). Siguen anclados en un calendario anual y mensual de difícil comprensión: actualmente están en el año 2000 (el 11 de septiembre de 2007 fue para los etíopes el 1 de enero de 2000) y las horas se cuentan de 12 en 12 empezando a las 6, (más de una vez he llegado 6 horas antes a una reunión)
En Etiopia se encuentra Lucy, considerada el primer homínido de la humanidad, y las aguas del lago Tana nutren el 80 % del Nilo, el río de la vida. (hay quien sitúa en Etiopía, con interpretaciones un poco forzadas de la Biblia, el paraíso terrenal)
Malawi, por contra es un país sencillo y casi diría que orgulloso de haber sido colonia inglesa. Livingstone trajo el cristianismo que fundieron y confundieron con sus ritos. La gente es sencilla, casi resignada, rasgo muy africano. Respetuosos con los mayores (algo común en el continente), es un país pequeño, consciente de su tamaño y de que está un poco dejado de la mano. Por eso se alegran al ver a un azungu (hombre blanco) y le hacen 1000 preguntas sobre su vida y tierra, siendo conscientes que Europa es un país lejano, borroso e inalcanzable. Les encantan los cuentos y sentarse a la sombra de un árbol a escuchar a los mayores
Entre Etiopía y Malawi serpentea el valle del Rift, donde se encuentra escondida parte del alma de África (en el Sahara se esconde la otra parte). Como parece que en Malawi no se encuentra el origen de la vida, ahí va una leyenda Chewua que explica como se creó la tierra.
En el principio, no había lluvia. La tierra era seca y estéril. Namalenga (el Creador) creó las nubes mientras Mphambe (el Iluminador) creaba el rayo y los truenos. Llovió y el viento barrió la montaña sagrada Kaphirintiwa, dejando la superficie limpia. Chauta, (El gran arquero), con el arco iris, rasgó las nubes y del cielo cayeron los animales y los primeros humanos. Dios dio al hombre un pico y una azada para cultivar la tierra y a la mujer un cuenco y un mortero para preparar la comida. Las plantas y los árboles formaron Kasitu, la sabana. La lluvia creo los arroyos y los tres ríos, el Lilongwe, el Díamphwi y el Mpomwi.Dios, los hombres y los animales vivian juntos en paz y armonía. Pero un día, el hombre, jugando, descubrió el fuego y el pánico invadió a los animales. Algunos, como los perros, convivieron con el hombre, pero otros, como los elefantes, huyeron aterrados. El hombre empezó a cazar animales y estos atacaron al hombre. El hombre había creado la maldad. Dios vio todo esto y decidió abandonar la tierra. Le pidió a la araña que tejiese una tela para subir al cielo. Antes de irse, condenó al hombre a la mortalidad y a subir con El en forma de espíritu tras su muerte. El hombre se quedó solo en el paraíso, con sangre, destrucción y muerte. Polvo y cenizas, sin lluvias. Para protegerse del sol, el hombre construyó un templo donde va a pedir perdón a Dios y pedirle que traiga la lluvia purificadora.
Fresco en la mision catolica de Mua, explicativo de como llegaron los hombres y animales a la tierra
3 comentarios:
Soy la madre de Alicia y me ha gustado mucho lo que cuentas de tu escapada a Etiopia y Malawi y sinceramente te digo que pìenso muy amenudo que he nacido muy pronto, me hubiera gustado poder hacer y creo que lo hubiera hecho el viajar como vosotros, el estar conviviendo con unos seres que segun tu los describes son autenticos. Gracias por dejarnos conocer todas estas cosas. alicia
Hola Alicia. Nunca es tarde. Igual, a veces es un poco complicado visitar fisicamente Africa, pero puedes empezar a viajar sin moverte del sillon. Dos libros: El emperador (sobre la corte de Helai Selassie) y Ebano. Los dos de Richard Kapulzynski, un periodista polaco, premio Principe de Asturias. Un buen viaje literario puede transmitir muchas sensaciones. Un abrazo. Juanjo
si disfrutamos conociendo Africa de la mano y pluma de Juanjo, imaginaos lo que es para mi tenerlo como amigo y compañero en esta mi primera misión.
el cuento se olvida de los angeles que también fueron creados por Dios y se encuentra en todas partes. alicia hija.
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