sábado, 7 de julio de 2007

8. Un año en Etiopia

En Aroresa, con barro hasta las orejas en Octubre 2006


Es complicado resumir 12 meses de trabajo en unas líneas. Solo puedo decir que ser administrador logista de una base es un tarea complicada, difícil, gratificante, divertida, dura, intensa... Como cualquier trabajo, hay momentos buenos y momentos malos, y este no es una excepción. Momentos buenos a resaltar: el equipo local, ver el trabajo que sale adelante, los logros. Momentos duros: pasémoslos por alto, pero básicamente, el trabajo en sí, en zonas de difícil acceso donde los coches se quedan atascados en la estación de las lluvias, la presión para que todo salga bien, controlar gastos, despedir a alguien.... Requiere mucha energía estar lejos de casa, familia y amigos, en un país que no es el tuyo, con un idioma que no entiendes (y que no puedes ni adivinar, ya que el amárico no tiene vocales). Básicamente, con el presupuesto, financiado por la Unión Europea debíamos gestionar OTP (Centros nutricionales en los que los pacientes, niños, no se quedan a dormir) y desarrollar un programa de Agua y Saneamiento.
Los centros nutricionales son algo milagroso. Una vez a la semana, las madres de las tribus donde trabajamos llevaban a sus hijos menores de 5 años al centro. Allí, si se detectaba si estaban malnutridos, se les fichaba, se hacía una breve revisión sanitaria y se les alimentaba con una papilla terapéutica (plumpy nut) que como por arte de magia, en un par de semanas suplía la falta nutricional del niño. Obviamente, como logista, yo no estaba involucrado en la gestión del programa, solo en el apoyo logístico (facilitar material, las papillas, traslado de los equipos...) pero a nada que podía me escapaba para ver como trabajaban los equipos, formados por enfermeros nutricionales
y "screeners" o "medidores" de datos
para ingresar a los niños. Los centros eran algo más que un centro distribuidor de papilla.
Encuesta nutricional en Aleta Wondo. Julio 2006

En el departamento de agua y saneamiento, se llevaban a cabo dos tareas: construcción de "manantiales" y sensibilización sobre la higiene. Los llamados manantiales también tenían algo de milagroso. En unas semanas, desviaba unos metros un arroyo o torrente, se le "encajonaba" en un deposito cuadrado de cemento en el que se había puesto grava y desinfectante y el agua salía potabilizada. En un año el equipo de aguas hizo 6 "springs" y un pozo. En las comunidades donde se llevaban a cabo estas actualizaciones se formaban comités de agua y se educaba a la gente, de zonas rurales muy subdesarrolladas conceptos como la importancia de lavarse las manos después de defecar.

Junto a estas actuaciones que tenían su miga desde el punto de vista logístico (compra y transporte de material, cemento, grava, seguimiento del trabajo...) se desarrollaron otras actividades: un estudio de seguridad alimentaria, encuestas nutricionales (que nos tenían que indicar si había que ponerse a trabajar en una zona o no y si el trabajo había dado resultado) e inesperadamente, gestionamos una emergencia de cólera: En Agosto 2006 el numero de infectados por cólera aumento espectacularmente de acuerdo con los datos facilitados por UNICEF.


Adeline Sieurin en un "spring" en Bokaso - Junio 2007

En dos meses se abrieron 30 CTC (Centros de tratamiento de cólera) en el que los infectados estaban varios días hasta que se recuperaban. Hicimos una distribución de kits de higiene. En Aroresa, donde San Pedro perdió la zapatilla distribuimos 20.000 pastillas de jabón, desinfectante y unos "benditos" bidones de plástico de 20 litros para los que tuvimos que alquilar 14 camiones. La experiencia, eso si, valió la pena.
Con Kasahun, mientras Tareku piensa "estan locos estos faranjis". Ese dia se registraron 130 niños en el OTP. Este era el último.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Cesurado! Esto parece "El Jueves"!

Joven Zeta dijo...

hola.. me ha gustado mucho el blog y tu experiencia de vida.

Q lindo sería que no hagan falta más ongs para alimentar y ayudar a los 'pobres' del mundo, los que ntienje un pedazo de pan.
Sería hermoso que las comunidades puedan sobrevivir con autonomía y apoyo mutuo.

¿Qué pasaría si todas las persoas qué pasan hambre en el mundo se enterán y acceden a la información y a la certeza de que existe una papilla terapéutica 'plumpy nut' que puede exterminar y eliminar la desnutrición mundial; y sólo vale un vueltillo para las grandes transnacionales, corporaciones, naciones y bancos 'solidarios' del mundo...
Pero buen... para ellos solo es necesario dar la limosna justa y necesaria - lo mínimo- para que los pueblos continuén durmiendo en la fé mística de la solidaridad del rico para con el pobre...

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